El huerto de cole ya se nos quedaba pequeño para todos los niños que queríamos aprender en él. Así es que, los más pequeños del cole, decidimos hacer un huerto a nuestra medida. Ya que a veces los bancales del huerto nos quedaban grandes y no llegábamos al centro para poder plantar, regar o recolectar.
De modo que descubrimos que, en la rampa por la que accedemos a diario al cole, había un espacio verde que podríamos utilizar.
El pasado curso nos pusieron unas vallas hechas con palés para que fuera más seguro que comenzamos a pintar, pero...
Llegó el coronavirus, nos metió en casita y todo quedó parado. Y se llenó de mala hierba de nuevo...
Y las profes lo prepararon para que pudiéramos plantar y estar a gusto y seguros en el huerto.
Y una vez que estuvo preparado, nos lanzamos a plantar guisantes, ajos, lechugas y espinacas...
Hemos cuidado de nuestras plantas con mucho mimo, las hemos hecho mantitas para que no tuvieran frío.
Incluso les hicimos invernaderos para que no se helaran, que les protegió de Filomena y su nevada.
De este modo conseguimos que sobrevivieran a la histórica nevada que este año hemos vivido.
Y, para recibir a la primavera como se merece, celebramos una fiesta y le "regalamos" a nuestro huerto y a nuestro planeta montones de plantas y de flores para ayudar a producir el oxígeno que tan preciado y valioso es para nosotros y para nuestro planeta.
Nos gusta cuidar de nuestro planeta y aportamos nuestro granito de arena, ponemos nuestra semilla, porque no tenemos planeta B y tenemos que cuidar el que tenemos.